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Espejo de las Estrellas

(Versión Microconcierto)

Agua, Sol, Luna, Tierra

Un programa que rinde homenaje a los elementos naturales a los que, desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha interpelado como reflejo de su universo emocional. No en vano, venimos de las estrellas.

Programa

I. MAR ESTRELLADA

Ay ondas que eu vin veer

(Las siete cantigas d’amigo de Martin Codax, no. VII)

Stella splendens

(Llibre Vermell de Montserrat)

Ay luna que reluzes

(Cancionero de Uppsala, no. 22)

Puncha puncha

(Tradicional sefardí)

Madre de Deus (Popurrí de CSM 422, 10 y 183)

(Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio)

II. AMANECER EN LA HUERTA

Adónde vas a dar agua / La leyenda del tiempo

(Tradicional asturiana / Federico García Lorca)

Los guisados de la berenjena

(Tradicional sefardí)

Remembranza del agua

(Desirée Martín)

Todo lo cría la tierra / Espejo, Sol y Luna

(Cancionero popular de Burgos / Ajechao tradicional de Peñaparda)

(Versión Microconcierto)

Sinopsis

Somos polvo de estrellas. Cada átomo de nuestro cuerpo ha viajado a través del tiempo y el espacio para conformarnos, tanto a los seres vivos como a todo aquello que nos rodea. También cuando abandonemos este misterioso proceso llamado vida, seguiremos, de alguna forma, formando parte del universo. Como un reflejo de esta conexión cósmica, la humanidad ha encontrado en la naturaleza el espejo de sus emociones, dirigiéndose a los astros, el agua y la tierra en un intento de comprenderse a sí misma. La Luna, el Sol, el mar, las estrellas... son elementos que aparecen recurrentemente en el folklore de las distintas tradiciones que componen el caleidoscopio de la historia cultural de nuestro país.

Este programa es un homenaje a esa conexión, explorando la tradición oral de la Península Ibérica a través de un repertorio que entrelaza canciones populares, versos y antiguas tonadas. Algunas de estas piezas aparecen recogidas por escrito; otras nos han llegado a través de generaciones y diásporas, como cometas que han viajado años luz hasta llegar a nosotros. Dividido en dos estampas temáticas—la noche, con su misterio y profundidad, lo oscuro y la pérdida; y el día, con su renacimiento y luz, la fertilidad, lo vivo—el concierto revela la increíble riqueza de nuestra identidad cultural y la infinita red de ecos que la conforman: se evidencian las conexiones musicales y vocales que existen entre los diversos repertorios, como un espejo que se refleja en otro espejo en un continuo infinito.

Desde lo más grande a lo más pequeño, de levantar la vista hacia los astros del firmamento (”Ay luna que reluzes / toda la noche me alumbres”), hasta bajar los ojos a tierra, a ahondar en lo minúsculo (“En una gota de agua / buscaba su voz el niño”, escribía Lorca). La interpretación se aborda con un estilo ecléctico que introduce instrumentos singulares como el arpa celta y la shruti box, y fusiona la técnica del canto lírico con ornamentaciones de la música antigua y la tradición oral. Así, cada nota y cada palabra se convierten en un hilo que une pasado y presente, recordándonos que cantar (y contar) nuestras emociones es honrar a los seres que fueron y a aquellos que alguna vez serán. No dejemos nunca de cuidar ese vínculo.